Culto a la juventud.

Nietszche hablaba de la sociedad moderna como una sociedad incapaz de aceptar la esencia trágica de la vida: la certeza de que en algún momento vamos a morir. Todos los avances médicos y tecnológicos, el “progreso” tan admirado y anhelado desde finales del s. XVIII, se encaminan hacia un solo fin: hacer la vida más fácil y prolongarla al máximo posible.

Así pues, desde la televisión, la publicidad, la moda o incluso el arte, como por ejemplo el cine, impera la imagen de adolescentes y gente joven que proyectan este imaginario compartido sobre la juventud y la vejez, y nos enseñan que ser joven es una gran ventaja sobre la gente mayor.

Todo ello produce un conjunto de movilizaciones ridículas entorno a la cultura; las personas adultas no quieren envejecer, quieren permanecer “por siempre” jóvenes, se acude a cremas maravillosas, sesiones en spa, incluso tecnología antienvejecimiento y sobre todo a las mágicas cirugías, y que no falte toda una serie de tónicos y medicinas para mantener la belleza juvenil.

Y sin embargo, vivimos en una época donde la vejez está más presente que nunca. La proporción de personas mayores sigue creciendo de forma exponencial en casi todos los países del mundo como resultado del éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico.

La discriminación de las personas mayores recibe el nombre de edadismo. Tras el racismo y el sexismo, el edadismo es una forma grave de discriminación social; Es un miedo que tiene dos caras. Nos asusta que el mundo deje de interesarnos, pero también nos asusta pensar que el mundo deje de interesarse por nosotros.

Y eso expresa el edadismo de nuestra sociedad. Vivimos tan volcados en el culto a la juventud que las personas de 40 años, sienten que han empezado el triste camino de la decadencia. Tenemos una cultura distorsionada, llena de estereotipos erróneos y tóxicos que rodean el envejecimiento.

El edadismo constituye el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas mayores y jóvenes simplemente en función de su edad. Consiste en creencias, actitudes y prejuicios que a la práctica dañan a las personas de más edad. Por ejemplo, la creencia de que las personas mayores ya no son seres productivos ni laboral ni socialmente.

¿Cómo reducir el edadismo? Lo primero que debemos hacer es disociar vejez con enfermedades, fomentar el contacto intergeneracional para enriquecer los vínculos y el conocimiento mutuo. Prestar atención a las capacidades del individuo independientemente de su edad, por ejemplo: al envejecer empatizamos mejor, tenemos más habilidades sociales, vemos las cosas con distancia. Y algo muy importante estimular las habilidades propias de cada edad y fomentar su autonomía personal.

Mucha de esta discriminación se debe a los medios de comunicación, radio, TV diarios, revistas, cine, teatro, por lo tanto, habría que hacer campañas para desterrar la falta de respeto hacia el viejo que suele ser objeto de chistes de mal gusto u ofensivos.

Tener un envejecimiento activo y saludable, significa participar en la sociedad de acuerdo con nuestras necesidades, deseos y capacidades, significa aprovechar al máximo las oportunidades de tener buena salud física, sentirnos bien emocionalmente y disponer de un entorno social favorable.

Debemos de entender que el envejecimiento es un proceso natural en la vida, simplemente es la consecuencia de ir cumpliendo años, del paso del tiempo de las personas. Por tanto, la vejez es una etapa más de la vida que si la aceptamos con naturalidad disfrutaremos de todas las oportunidades que nos presenta, que son muchas.

Es una etapa que se nos presenta llena de oportunidades de poder hacer eso que siempre hemos querido y de seguir participando de una forma activa en la vida social y familiar a través de actividades de voluntariado, recreativas, de aprendizaje permanente, expresión cultural, etc. En definitiva, de tener un envejecimiento activo.

Casa MoMa se creó en el 2011, ya 10 años de estar en un proyecto de gimnasia cerebral, terapia ocupacional y activación física para adultos mayores, y hemos aprendido muchísimo de este ciclo de vida, y cada día ellos nos contagian de su actitud hacia la vida, es un programa integral de psicología, educación y fisioterapia, para crear un envejecimiento activo y sobre todo saludable para cada uno de nuestros integrantes, 10 años de aprender de ellos, sobre todo su pasión por seguir viviendo.

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