Los perros, gatos y otros animales están presentes en la vida de muchas familias mexicanas, compartiendo la mayoría de los momentos de alegría y tristeza, como cuando desaparecen o se mueren.
La pérdida de un animal puede ser sentida por todos, independiente de la edad de la persona. Tristeza, soledad, culpa, cambios en el sueño, falta de apetito, sensación de vacío y ganas de estar con el animal querido son algunos síntomas frecuentemente experimentados después de la muerte de este compañerito tan querido.
¿Qué explica este sentimiento de luto por la pérdida de un animal?
En términos neurobiológicos, el luto por la pérdida de un compañero seria modulado por los mismos mecanismos neurales que rigen el luto por humanos. Estos mecanismos son los responsables por mantener los pensamientos recurrentes con el fallecido y por la tristeza, síntomas cardinales del luto. Por otro lado, para comprender completamente el luto, sería necesario entender la compleja relación entre hombre y estos queridos compañeros.
¿Cómo lidiar con este sentimiento?
La mejor manera de lidiar con este sentimiento es aceptarlo. El dolor y la tristeza son parte del proceso del luto necesario para reorganizar la vida. Aunque los recuerdos siempre existirán, la tristeza asociada a esos recuerdos va perdiendo la intensidad. Mientras eso no ocurre, algunas actitudes que sellen un cierre pueden minimizar el dolor y traer algún apoyo. La terapia puede ser el principal aliado para poder salir adelante en este tipo de situación.