La otra cara de Susanita.

Para Emma Rebeca.

Muchas veces les comentaba a mis amigos que mi hermana Emma Rebeca era como Susanita, la amiga de Mafalda, de aquella famosa historieta mundialmente famosa por su escritor Quino, el personaje que representaba Susanita era la niña que su mayor anhelo era completarse como mujer, casarse y tener muchos hijitos.  Para Susanita ser mamá es su vida, y nació para conquistar a su príncipe azul.

 Emma Rebeca estudio Ing en sistemas computacionales en el tecnológico de Monterrey, se desempeñó por un tiempo como delegada de Baja California sur de Conacyt , después estuvo trabajando en una empresa privada y finalmente trabajo en  CFE de Torreón Coah. , donde conoció a Martin, que después fue su marido, ella decidió retirarse de su vida laboral para concentrarse en su futura familia.

Así la historia de mi hermana, recuerdo que cuando la pidieron en matrimonio, estaba tan emocionada con todos los preparativos de su boda, pero al mismo tiempo ya ilusionada y preparada para sus futuros hijos, supo elegir a un buen hombre, familiar, responsable y respetuoso.

Después de casi 2 años de estar casada, por fin pudo embarazarse, recuerdo que mis padres vinieron a Mazatlán a visitarme y Emma Rebeca  hablo por teléfono y mi mamá contesto en el teléfono de la cocina, mi hermana después de saludarla, le comentó de ciertos “malestares” y mi mamá muy emocionada le dijo: hija, ya estas embarazada!, mi papá y yo volteamos a ver a mi mamá, ella volteo en dirección de nosotros con una expresión de una gran alegría y en ese momento nos enteramos,  lo recuerdo perfectamente, pues nos tenía esos dos años muy estresados por su gran anhelo de ser madre, y no quedaba embarazada.   

Emma Rebeca decidió dedicarse totalmente a su esposo y a su hijo, ella soñaba con “tener muchos hijos, para crear un equipo de fut bol” , que ese deporte es su pasión, pero solo tuvo un hijo, al cual adora, un muy buen matrimonio, en donde nunca existió problemas graves, por supuesto que como cualquier pareja debieron de haber tenido altas y bajas pero siempre como una buena pareja lo resolvían, siempre juntos, disfrutando tantos viajes familiares, mucha convivencia tanto con su esposo como con su hijo.

Martin su esposo, después de 36 años de diabético comenzó a tener las consecuencias del desgaste que esta enfermedad va generando, poco a poco se fueron presentando síntomas nuevos, dietas estrictas, visitas a diferentes especialidades médicas, entrar y salir de hospitales, 32 trasfusiones de sangre, diálisis dos veces a la semana, un año muy estresante para Emma Rebeca y su familia, pero ellos como pareja siempre unidos y ella resolviendo todo lo que implicaba este doloroso proceso.

 Emma Rebeca nunca renunció, siempre al lado de su esposo, hizo TODO lo que estuvo a su alcance para que Martin recibiera las mejores atenciones médicas, cansada muchas veces, largas noches, ella y su hijo al lado de Martin, pero siempre presente tomando las mejores  decisiones, siempre con la mejor actitud y amor a su pareja de 27 años, fue una dedicación este año de día y de noche, se olvidó de ella misma, pero no a su deber de esposa y madre, la verdad no sé de dónde sacó tanta energía para estar en todo.

Pero llego el momento que médicamente ya no se podía hacer nada por mantenerlo vivo y con calidad de vida, fueron los últimos días de hospital los más difíciles, se le ofreció el mejor esfuerzo médico y de enfermería, ella y su hijo siempre acompañando a Martin, hasta que el 30 de enero de este año murió en la madrugada.

Ella y su hijo se despidieron de Martin, hizo los preparativos de la cremación inmediata, decidió solo una misa con las cenizas, para que sus amigos y familiares tuvieran la oportunidad de despedirse de él, nosotros como familia Robledo no velamos y ella así lo decidió también.

 Inmediatamente conocimos la otra personalidad “de Susanita”, después de haber sido una mujer totalmente amorosa y entregada a su marido,  mi pronóstico era que me iba a encontrar con mi hermana totalmente devastada por la muerte de su querido esposo, pero no fue así, ahora conocemos su fortaleza, es una gran mujer y de una resiliencia enorme,  claro que trae dolor, pero no un dolor que la rebasa, como tanatólogo les puedo decir que es el clásico caso del que dio TODO en vida a su pareja, por lo tanto no hay culpas, dio todo para una relación armoniosa de mucho amor y respeto, no hay dudas, simplemente duele la ausencia.

Al otro día de la muerte de Martin, ya que había descansado y dormido en su cama, después de tantas noches de hospital, nos dijo a Ace y a mí, “me duele su partida, pero en este momento elijo vivir mi vida, con mis circunstancias, con lo que tengo, y con lo que ahora soy, me veo retomando mi vida acompañada de mi hijo y de Uds., aquí no hay culpas ni dudas, amé y fui amada por mi esposo, y así como elegí cuidarlo hasta el último momento,  ahora elijo tomar mi vida y VIVIR, prometo que no me voy a anclar en el pasado”.

Y está haciendo su mejor esfuerzo para su nuevo proyecto: su nueva vida, ahora está retomando su salud, su alegría, haciendo cambios en su casa, proyectos de viajes, vino a visitarme aquí a Mazatlán, ayer se fue a desayunar a un restaurante ella sola, me dijo es un reto, porque siempre fui con mi marido a restaurantes, pero ahora debo de enfrentar mi nueva situación y me visualizo bien y disfrutando esta nueva etapa, y estoy seguro que retomara su vida porque es una gran mujer y posee una gran fuerza interior, que no le conocíamos, como hermano te deseo lo mejor ahora y siempre, y como tanatólogo gracias por tu lección de vida.

1 comentario en “La otra cara de Susanita.”

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