La idea de este escrito nace en diciembre 2021 para ser exactos, por un hecho que viví en otra ciudad, fue un evento por la delincuencia, que lamentablemente muchos lo han experimentado, por la situación de inseguridad en la cual nuestro país está viviendo y que precisamente hace unos días leyendo el periódico, me encuentro con una nota en primera página un comentario de nuestro flamante gobernador: “ la inseguridad no es el tema en Sinaloa” , muchos le responderíamos, es un tema NACIONAL Sr gobernador.
En ese evento de diciembre pasado, en donde tenía que resolver la situación, y donde me sentí por días totalmente vulnerable, en lugar de recibir apoyo por dos personas que quiero mucho, una me llevo a un rincón y solo me dijo “no nos vayas a poner en peligro a nosotros” ……. Y la otra persona al enterarse, solo me dio un abrazo y guardo un sepulcral silencio, “aquí no paso nada”, realmente no esperaba esas respuestas, yo simplemente fui una víctima de esta inseguridad en la que vivimos, y lo que necesitaba era apoyo no que me culparan o me rechazaran, fue muy incómodo, además que yo no estaba en mi ciudad, en ese momento solo experimenté un fuerte dolor emocional aunado con una confusión, en pocos días resolví la situación y me regresé a casa, sin recibir ninguna ayuda de ellos, de los que recibí ayuda fue de mis amigos de Mazatlán , y se los agradeceré siempre, a Claudia Gamboa y su esposo Cocoy, y al Dr Eduardo Zazueta.
A los días alguien me preguntó, ¿estás enojado por como reaccionaron estas personas?, y le conteste: el enojo pasa, la gente no puede vivir enojada por mucho tiempo, pero la decepción ….. ese si dura y se estaciona por buen tiempo.
Y lo explico, la decepción es una verdad que queda al descubierto, algo que se rompe, era algo y de repente no lo es, era certeza y no había posibilidad alguna de que no lo fuera, por eso toma el carácter de una sorpresa.
La diferencia entre estar enojado y decepcionado, cuando estás enojado simplemente gritas, lloras, peleas, pero luego te calmas y todo pasa. Y, sin embargo, cuando estás decepcionado gritas por dentro, muestras aparente calma, pero ese malestar interno no cede y decides hacer cambios para ya no depender de esas expectativas y a veces haces cambios drásticos, pero necesarios.
La decepción es una emoción dolorosa que se despierta en una persona al incumplirse una expectativa construida, generalmente en torno al comportamiento de otra persona o en relación a algún acontecimiento. De esta forma, una decepción siempre ocurre tras esperar algo concreto y depositar ilusión en ello y cuando esa expectativa no sucede o sí que sucede, pero de diferente forma.
Nos decepcionamos porque en nuestra mente existe un mundo de cosas maravillosas, llenas de expectativas altas, con un marco de principios y valores que muchas veces inclusive sobrepasan a los nuestros. Pero en algún momento algo sucede y los resultados no son lo que se esperaba, y nuestro mundo se cae a pedacitos.
La decepción es un proceso interno y sucede cuando uno no se relaciona con las personas tal y como son, sino tal y como uno cree que son o tal y como quiere que sean.
Nos evitaremos decepciones cuando aprendemos a aceptar que los demás no son, ni se comportan como uno mismo, sino según su propio mundo de valores, creencias, principios y experiencias y sobre todo respetando su jerarquía de amor hacia otras personas, uno puede creer que ocupa un lugar especial, en esa persona y luego te das cuenta que estas muy por debajo de lo que esperabas.
Cuanto mayor es el vínculo y la confianza con la otra persona y cuanto más concreta y definida es la expectativa, mayor será la decepción si no llega a cumplirse esta última. Generalmente, la decepción suele ir acompañada de otras emociones como la frustración, la tristeza, el enfado, la rabia o el hecho de sentirse engañado y desilusionado. Sentimientos desagradables que hacen que la decepción sea un estado incómodo a nivel emocional.
Es importante ser consciente de que lo que realmente decepciona no es la otra persona o el acontecimiento en sí mismo, sino la expectativa previa que se tenía en relación a ello. Por lo tanto, la decepción es un proceso interno y sucede cuando uno no se relaciona con las personas tal y como son, sino tal y como uno cree que son o tal y como quiere que sean.
Entender que los demás no son ni deben ser como uno desea, y algo importante las gente no tiene la misión de cumplir con las expectativas que uno se ha construido de ellos.
Al construir expectativas y anticiparse a acontecimientos es necesario poder diferenciar los aspectos que dependen de uno mismo y los que no, y centrarse y trabajar en los primeros. Además, en relación a los segundos es importante aceptar que puede que sucedan o no.
Aprender a perdonar y desprenderse de las emociones negativas para no caer en el rencor y el resentimiento, que generalmente dejan a la persona estancada.
En algunos casos, puede ser de utilidad hablar sobre estos sentimientos con alguien de confianza que ayude a contrastar y entender la situación, o también en consulta psicológica, porque en realidad es también considerada como una pérdida y debe de ser procesada y obtener una lección de la situación y crear un cambio sano en tu persona, recordemos en tanatología se dice, “para ganar, hay que perder”.