Cuando los hijos se convierten en padres

En terapia familiar se conoce el termino parentalización cuando el hijo, normalmente el mayor, sustituye por diversas circunstancias a su padre o a la madre, asumiendo este rol de responsabilidad y función. A veces se convierte en el confidente de un miembro de la pareja. Y poco a poco, asume el hijo que se deberá hacer cargo de sus padres hasta en lo económico.

Siempre han existido familias donde por cierta circunstancia de la vida, al hijo lo orillan a olvidarse que es el hijo, y lo convierten en el padre de sus hermanos, y a veces hasta en el esposo de su madre, en ocasiones cambian de rol, conscientes de la situación familiar que están atravesando o en otros casos la decisión es de una forma inconsciente o peor aún motivada por uno de los padres, a que se olvide de su rol de hijo, hasta por comodidad de ellos. 

Estas son algunas razones por las cuales el hijo puede tomar el rol de padre que no le corresponde:

  1. Padres Mayores, cansados o con exceso de trabajo.
  2. Muerte de uno de los cónyuges.
  3. Cuando existe un hijo discapacitado.
  4. Padres con mala relación, separados o divorciados.
  5. Padres con poca o nula autoridad para con sus demás hijos.
  6. Padres que ganan menos dinero que su hijo.
  7. Enfermedad de alguno de los conyugues.

 “Miriam, ve a bañar a tu hermana”; “Ivan, ¿revisaste que tu hermano terminara la tarea?”. Expresiones como estas se nos hacen bastante comunes y cotidianas dentro de la vida familiar, podríamos considerar que es un ejemplo de cooperación y apoyo entre miembros de la familia. Eso sería cierto siempre y cuando suponga una condición ocasional y no diaria; que sea la expresión de una solicitud de apoyo y no el recordatorio de una tarea asignada que se debe cumplir.

Un niño no puede crecer sanamente en un ambiente, en el que NO hay una clara diferenciación de roles, cuando los padres crecen y enfrentan situaciones como enfermedades, dependencia económica, física o emocional, los hijos toman el rol paterno o materno en muchos casos, aunque este no corresponda a su edad.

En esta situación intervienen también las creencias y tradiciones familiares, por ejemplo, existen padres que al salir de viaje le dicen a su hijo que, en su ausencia, él deberá encargarse del hogar y proteger a su madre y hermanos porque: “ahora eres el hombre de la casa”, y esto ni es lo correcto ni es sano para su desarrollo mental, la madre, en este caso deberá estar facultada para resolver cualquier situación que se presente, además ese mensaje : “ahora eres el hombre de la casa” me suena muy machista,  las mujeres pueden enfrentarse y solucionar los imprevistos, creo que esos señores no conocen las capacidades de sus esposas o las minimizan.

En algunos casos, las madres viudas o divorciadas convierten a su hijo varón en “esposo” al darle obligaciones que no le corresponden y en casos extremos, no permiten que el hijo (a) se case, porque consideran que es su deber cuidarlo(a) el resto de su vida. Aunque Ud. no lo crea en consulta me he topado con estos casos, y también el hombre viudo puede obstruir una vida “normal” de su hija convirtiéndola en su cuidadora sutilmente, “cuídame tu que me quieres tanto, y que mejor que tú, que otra mujer”.

Lo mismo sucede con los progenitores que padecen algún desbalance mental o que son emocionalmente débiles e inestables y cargan a sus hijos con sus tristezas y preocupaciones, haciéndolos sus confidentes y esperando de ellos alguna asesoría para llevar bien su matrimonio o sus problemas personales, recuerden: son sus hijos NO son sus psicólogos, ni sus asesores espirituales.

A un niño o joven, que crece con responsabilidades que no le pertenecen, le resulta difícil construir su propia vida en la etapa adulta; además de que sus relaciones familiares pueden dañarse por el enojo, frustración y culpa que sienten hacia la situación que se vive, porque, aunque no le guste ser el papá/mamá de sus progenitores, siente que es algo que les debe y por lo tanto, le corresponde hacerse cargo de ellos, cuidarlos física y económicamente.

La familia es una estructura que posee jerarquías, límites, roles y funciones, los padres poseen la función de guiar el hogar, establecer límites, normas, pero igualmente son quienes velan por el cuidado y protección de los hijos, función que les define y caracteriza. Por tanto, si es función de los padres, que se suponen adultos, maduros y en capacidad de asumirlas, es muy osado pensar que un niño o adolescente, pueda asumirlas de manera medianamente eficiente, por muy mayor que sea o muy maduro que parezca. Tener en cuenta que tanto el hermano cuidador como el hermano cuidado, presentan repercusiones de esta situación impuesta por los padres.

YO recomiendo, que a los hijos deben de verlos y tratarlos como hijos, no como “cuates”, no como iguales, ni siquiera como amigos o colegas. La autoridad de los padres no está en negociación, los padres deberán inculcar un sentimiento de gratitud para sus progenitores, pero no para que tomen decisiones por ellos.

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