Varias veces me ha tocado tanto en consulta, como observar en los grupos sociales donde me reúno, un tipo de dependencia, es asombroso ver a personas que están incómodas en las reuniones, pero siguen ahí, sin defender sus posturas, solo haciendo actos de presencia, con miedo a ser asertivos, quizás esa noche querías ver tranquilamente una película en tu casa y “tuviste que decir…sí, si voy, los veo al rato”, a eso se le llama dependencia social.
La dependencia emocional es un patrón psicológico que incluye, necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales áreas de su vida, temor a la separación de las personas, dificultades para tomar decisiones por sí mismos, dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación, y en casos ya graves, se siente incómodo o desamparado cuando está solo, debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo y preocupación no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.
En todos los niveles sociales se puede presentar, esto no es exclusivo de cierto estatus económico, a veces se puede confundir con una conveniencia, social o económica, pero al final son relaciones poco sanas, aún que se expresen en exceso sentimientos de amor y aprecio, con tal de que se ponga en peligro “nuestra amistad”. Y siempre existen los que controlan el grupo y sacan ventaja de la reunión.
Es común que estas personas con apego emocional, se olviden parcial o totalmente de su persona, no piensen en sus necesidades, en su forma de pensar, en sus juicios, en sus inquietudes, simplemente se anulan a sí mismos, a favor de su pareja, familia o amistades y tienden a ser muy sensibles a la aprobación de sus actos por parte de estas personas.
Se puede identificar a las personas con dependencia emocional por conductas (síntomas) como: Baja autoestima y autodesprecio. Buscan relaciones de pareja teniendo poco criterio, les faltan ser más asertivos. Tienen tendencia a depresión o ansiedad. No asumen responsabilidades. Dificultad en la toma de decisiones. Inseguros. Pueden tener problemas para hacer cosas por si solas.
Dispuesto a obedecer y ser subordinados de forma desproporcionada. Poco adaptativa a nuevos entornos o situaciones. Temor al rechazo y dificultad para dar su opinión. Necesidad de agradar. Dificultad para iniciar proyectos por su cuenta. Falta de confianza en su propio juicio y capacidades. Dispuestos hacer tareas no deseables por mantener la relación de dependencia. Se creen tener posición inferior en las relaciones.
Puede soportar maltrato físico o verbal que puede dar pie al maltrato de género, pensando que la persona con dependencia emocional consiente cosas incondicionalmente. La soledad les hace sentir muy incómodo. No tienen la capacidad de salir de una relación o de un grupo tóxico. Sensación de vacío, solo pueden llenar este vacío con otra persona. Auto anulación, no suele pensar en sus necesidades.
Todo esto no significa que una persona dependiente no haga cosas por sí mismo, lo que ocurre es que necesita el apoyo o la aprobación de otra persona para reforzar su autoeficacia.
Los dependientes emocionales, muchas veces, no son capaces de darse cuenta de los efectos negativos que reciben, por su dependencia que tienen en su vida diaria, y siguen en esos grupos tóxicos, o a veces no todos son negativos, tan fácil de depurar y crear un grupo social para divertirse sanamente, sin rivalidades económicas y sociales, o esas personas que solo están “estudiando” a quien chantajear para sacar alguna ventaja económica, conocidos como trepadores sociales, si te vas a divertir esa noche que sea con gente positiva, se asertivo y pon filtros, un grupo donde no resulte complicado pensar diferente y dar mi opinión y que será respetada.
Octavio Robledo L.
Psicólogo clínico – Tanatólogo.
Tel consultorio 669 982 52 36