Cuando una pareja decide separase y en un tiempo corto llega hasta el divorcio toda la familia se ve afectada, socialmente las personas se centran en el dolor o en el futuro incierto que le depara a la mujer, en muchos casos el padre no es el foco de atención y la relación que con mayor frecuencia se ve afectada en el divorcio, es la del padre con su hijo, ya que generalmente corresponde al que sale de casa.
El padre al no vivir junto a sus hijos limita el tiempo que comparten, y priva a los dos de poder participar de las experiencias diarias. Los papás deben hacer esfuerzos para mantener una relación cercana con sus hijos después de la separación.
Ambos padres, y en especial el progenitor que se aleja, deben comprender que sus hijos requieren de su presencia, y que privarlo de ella le produce inseguridad. Así mismo, tener muy presente que la forma como se expresan del otro delante de él, influye en la relación que construye con cada uno. Deben reconocer que un manejo inadecuado de estas situaciones también trae consecuencias negativas en el futuro desempeño del hijo como adulto.
Ha sido usual en nuestra cultura que las madres sean las que comparten más tiempo con los hijos y les presten mayor apoyo. Hasta hace poco tiempo los hombres se involucraban menos en la crianza de los niños, y su responsabilidad se limitaba a proveer los recursos económicos para su crecimiento y educación.
Pero la realidad ha cambiado y hoy ellos son tan importantes como las mujeres en el crecimiento del pequeño. Cuando se vive la separación es definitivo para los hijos que su papá permanezca presente y continúe con los compromisos de ser padre.
No pongo en duda que para un padre divorciado es difícil participar en la vida diaria de su hijo cuando solo lo ve unos pocos días del mes. Así, compensar la ausencia no resulta posible. La experiencia ha demostrado que es factible para él continuar teniendo una relación cercana con este a pesar de que no viva a su lado. El amor puede descubrir alternativas para mantener el contacto constante entre ambos, y poder seguir involucrado en su vida.
Es importante que los dos miembros de la expareja sean cooperativos y respetuosos entre sí, hay que repetirlo hasta que quede claro. La ayuda mutua será de gran beneficio para todos, y el hijo la verá como un hecho positivo que la da seguridad. Cuando el padre y la madre continúan los conflictos después del divorcio, la relación entre el papá y su hijo tiende a deteriorarse. Esto sucede si el pequeño queda atrapado en medio de la batalla y se ve obligado a apoyar a su progenitora con quien comparte la mayor parte del tiempo. También, en el momento en que el padre establece una nueva relación de pareja, y él debe compartir la estadía en casa de su padre con una persona extraña.
Investigaciones recientes han demostrado que cuando la relación con el padre se deteriora, los niños experimentan primero tristeza y luego rabia. Así mismo, se muestra que en muchos casos los pequeños superan estos sentimientos eliminando tan importante figura de su vida.
Sabio o Brujo?? Es exactamente lo que pasa. El padre que se va casi siempre hablando horrores de la madre con todos incluso con los hijos para justificar su salida de la casa.