Hace 5 años tome la decisión de cerrar una tienda de arte mexicano, que tenía con ella desde hacía 15 años aproximadamente, pues ya las ventas habían caído considerablemente, fue ese tiempo que dejaron de venir los cruceros a Mazatlán y el comercio se vio muy afectado, pero como siempre tengo la convicción de que por algo es lo que nos sucede, primero cerré la tienda y después comencé a pensar en opciones de qué hacer con esta finca, es una casa del siglo pasado en nuestro orgulloso centro histórico.
Yo acababa de venir junto con mi madre y mi hermana Ace de un viaje muy interesante por China y Japón, en donde aprendí mucho de esas dos culturas, definitivamente un viaje muy enriquecedor por toda la cultura, las experiencias y su rica comida. Al poco tiempo de este viaje vinieron a visitarme mi madre y mi hermana, y en uno de esos días mi madre nos platicó que a veces se aburría en Torreón (lugar donde residía), nos comentó que por razones de edad sus amigas cada día se reunían menos y ya su grupo social y de tejido sólo eran unas pocas, y que las escasas amigas que se reunían solo hablaban de enfermedades y eso a ella no le gustaba, al oírla me vino a la mente hacer en la casa de Mariano Escobedo: un centro de bienestar integral, en donde regresaba mi consultorio, que hacía tiempo aquí estuvo y crear un programa para adultos mayores.
Aproveche que mi hermana es muy creativa y tiene experiencia en clases extraescolares y de arte y nos pusimos a escribir las bases del programa “60 y más”, recordamos que en nuestro viaje, que tanto en China como en Japón veíamos parques y lugares especiales para adultos mayores, siempre con terapia ocupacional, también nuestros guías nos comentaban de cómo ellos tratan con mucho respeto a sus mayores, de inmediato le dimos forma, la idea principal: crear un espacio digno y con un ambiente positivo para adultas mayores, le comente a mi asistente Paty Tripp y ella me dijo: “con verte la cara y la emoción con que me lo cuentas este proyecto ya es un hecho!”, y busque a el psicólogo César García, que ya lo conocía porque trabajábamos en una ONG, en donde observe en él conocimientos de psicología, una gran paciencia y un ser muy respetuoso, le compartí el proyecto y de inmediato acepto, ya teníamos el lugar, la asistente, el psicólogo responsable del grupo, el programa, y necesitábamos quien se hiciera cargo de la activación física, la única persona que pensé como colaboradora por su gran trayectoria como maestra de yoga, tai chi, y terapia en movimiento fue en Ana Rose, era en la única que podía confiar en la parte física y espiritual, afortunadamente un día me arme de valor y platicamos, me sorprendió su entusiasmo por el proyecto, en ese momento ya teníamos todo (…..) menos a nuestro público, comenzamos una estrategia de publicidad y poco a poco comenzaron a llegar personas, al día de hoy ya hay 21 mujeres adultas, todas con muchos conocimientos, entusiasmo, responsables de sus actividades, creativas en su terapia ocupacional, puntuales (algunas llegan 30 minutos antes), con una gran disposición, se siente el compañerismo, es un grupo muy integrado, pero sobre todo con un gran sentido del humor, nadie se imagina la alegría que existe en “60 y más” gracias a ellas.
Aquí todos somos maestros y alumnos de enseñanza de vida entre nosotros, hemos pasado por momentos muy dolorosos en donde como grupo nos damos consuelo y apoyo, actualmente se ha integrado Sandy al staff y ya todas las Sras. la quieren por su gran atención y amabilidad. Nunca, siendo sincero, pensé hasta donde iba a llegar este proyecto, pues César y Ana, cada día perfeccionan el programa y cada día integramos métodos nuevos, pero sobre todo el apoyo emocional y espiritual siempre presente.
Casa Antigua sigue creciendo, ya en octubre estrenamos nuevas instalaciones, donde el Arquitecto César Arámburo nos ha tenido mucha paciencia porque aquí ellas están enteradas de la construcción y nos comentan sus recomendaciones para el nuevo espacio, también son las primeras que ya se quieren cambiar y estrenar las instalaciones. El staff ha tenido pláticas para proponer y tener las mejores instalaciones, en un espacio cálido, todo con el mismo fin: proporcionar un apoyo emocional, que a veces se olvida su importancia.
Ahora tendremos más programas, “60 y más “ estará en la mañana y en la tarde, abriremos un espacio para personas con Parkinson, un grupo para personas con afasia, y un grupo de duelo para mujeres con la pérdida de un hijo, en fin hay muchos planes y proyectos y siempre comprometidos en dar ese apoyo emocional a quien lo necesita.