Dan rodeos, se hacen los despistados, evitan el tema, como que no oyen, como que no ven, esconden la cabeza, lo más seguro es por miedo a no enfrentarse con alguien o a sus propios problemas, hay personas que nunca hablan de sus situaciones personales, ni con sus amigos íntimos, y a veces ni con su propia familia, ya es un comportamiento muy arraigado en estas personas.
Este tipo de personas creen que por el hecho de ocultar su problema no va a crecer, no se va a saber, se “ira disolviendo poco a poco y nadie se dará cuenta”, la cuestión es que al final se puede volver un caos la situación que no se atendió, o simplemente no se dan la oportunidad de desahogarse con sus amigos y caen en frecuentes gastritis, colitis, neurodermatitis, etc.
Actualmente este padecimiento emocional, aqueja a muchas personas en el mundo moderno: la tendencia a evitar los conflictos, y crear una falsa imagen de la familia feliz sin problemas, lo vemos hasta en el face book , en nuestro subconsciente pensamos que, si no hablamos o pensamos en ello, no nos afectará y la situación irá perdiendo importancia pudiendo incluso solucionarse sola, ¡Nada más lejos de la realidad!
Las personas que experimentan la dificultad para dar la cara, muchas veces se sienten incapaces de enfrentarse a los problemas y tomar decisiones para resolverlos, y eso les lleva a caer en problemas mucho más graves. Decía un autor: es como si en una habitación hubiera un cadáver que no queremos contemplar, y lo más seguro es que acabaremos tropezando y cayendo encima de él.
La técnica del avestruz puede ser una trampa, no resuelve nada, pero a la vez nos da un respiro, nos regenera, nos da la capacidad de aislarnos del mundo y abandonar la lucha sin perderla, lo positivo y eficaz es tomar un tiempo para descansar del agotador estrés, la mente comienza a buscar y buscar, recopilando información, después seleccionar estrategias y sus costos al mismo tiempo, enseguida de esto, tomar valor y enfrentar la situación , con decisiones asertivas, y ser honestos, si no puedes con la situación, o no tienes la estrategia adecuada o aún persiste el temor a actuar busca una ayuda profesional.
Ese miedo a la confrontación puede ser consecuencia del miedo a ser rechazados por nuestras opiniones o por ser diferentes, o a provocar tensiones de las que nos sentimos responsables. En otros casos hay familias donde no se tomaban decisiones y nosotros seguimos con ese patrón conductual, pero debemos de dejar de hacerlo, porque no es sano dejar las cosas al tiempo, el tiempo no resuelve, es lo que nosotros hacemos en ese período de tiempo.
¿A qué se debe esta dificultad para afrontar los momentos de dificultad? Como cualquier fenómeno psicológico, existen varios motivos posibles, o estamos actuando como fuimos criados, y creemos que es “lo normal” (aunque no es lo sano), otro motivo por lo que la gente a veces no soluciona desde la raíz es por el gran temor que se tiene a la soledad y si ésta se ve en peligro prefieren aguantar la situación que vivir solos, otro caso es por la falta de auto estima, o inseguridad entre otros factores, lo importante es que si la situación te arrebasa y si no tienen los instrumentos para solucionarla, busca a alguien calificado.
Octavio Robledo L.
Psic. Clínico – Tanatólogo