¿Por qué tan poca gente escucha activamente?, si esta habilidad es tan útil, ¿por qué tan poca gente se molesta en usarla?. La respuesta es que no estamos diseñados para hacerlo. Requiere un esfuerzo que no mucha gente está dispuesta a hacer.
Estamos programados para hablar de nosotros. A la mayoría de las personas les gusta más hablar que escuchar. Si nos ponemos técnicos, se ha demostrado que hablar de nosotros mismos activa áreas del cerebro relacionadas con el placer por lo que resulta hasta cierto punto normal que prefiramos oírnos a nosotros mismos que a los demás.
Recuerdo que al poco tiempo que llegué a Mazatlán, me hice amigo de la Psicóloga Ana Olivia Arias y un día ella me invito a una reunión de bohemios que organizaba su esposo en casa, el famoso profe Cristóbal Vallejo, un gran músico y todo aquel que estudió en la ETI lo reconoce por su gran pasión por la banda de música que él fundo y fue su director por muchos años.
Me gustó mucho esa reunión y tuve la fortuna que seguí siendo invitado a ese pettit comité , puros músicos de gran escuela, y un día el mal intencionado del Lic. Mario Rojas , dijo en voz alta: “ y Octavio que hace en este grupo de músicos bohemios?, porque él ningún instrumento toca, ni canta” (…… en esos momentos me quise ocultar debajo de la mesa, lleno de vergüenza) y el profe Cristóbal contestó: “ él no toca ningún instrumento, pero sabe escuchar y eso es muy importante para un músico, por eso lo invito”, fue un momento incómodo para mí, pero ahí reconocí y valore mi habilidad de saber escuchar.
La escucha activa es muy necesaria en consulta psicológica y también si tú quieres tener una comunicación empática con un familiar o amigo, escuchar no significa quedarse quieto y no interrumpir, se trata de un comportamiento proactivo por el cual se llega a ser capaz de entender al otro. La escucha activa evita los bloqueos de comunicación y favorece la empatía.
Actualmente que estamos atravesando esta pandemia del covid y que mucha gente lleva encerrada o que ha sufrido por la pérdida de uno o varios seres queridos que se han contagiado, debemos de ser empáticos y no juzgar, escucharlos con atención y demostrar que los entendemos, que pueden contar con nosotros, en las buenas o en las malas, que simplemente puedes desahogarte conmigo para que te sientas un poco más ligero y sigas tu vida.
¿Qué es la escucha empática? Consiste en sintonizar con los sentimientos del que habla, es ponerse en lugar de la persona que tiene algo que decir, aquí es muy importante dejar de pensar en “lo que yo haría”. Debemos escuchar con atención el contenido emocional de los mensajes que nos quieren transmitir, que, por lo general la parte interesante de la historia siempre se pone al final en la conversación.
Escuchar es algo más que simplemente oír. Escuchar es más importante que hablar. Escuchar es la parte activa de la comunicación. Pero, ¿cómo puedo escuchar activamente? ¿Cómo puedo transmitir a la persona con la que estoy hablando que la estoy escuchando?, hay diferentes tipos de escucha. Se dice que se puede comparar con la sonrisa, hay sonrisas verdaderas y otras fingidas, con la escucha pasa exactamente igual.
Esta importante habilidad nos permite primero comprender la situación y preocupación de la otra persona, poniéndonos en su lugar, y luego buscar ser comprendidos. La escucha activa es dedicarle a alguien toda tu atención y además dejarle claro que lo estás haciendo. De esta forma la gente se siente libre para seguir hablando, incluso cuando no tengas mucho más que ofrecerle que tus orejas. La escucha activa bien utilizada genera confianza, cercanía y seguridad.
Pregunta.
Si no entiendes cualquier aspecto de la conversación, pregunta. … Si no entiendes cualquier aspecto de la conversación, pregunta. También si las palabras que usa tu interlocutor pueden ser ambiguas o entendidas de diferentes maneras. Recuerda que preguntar significa mostrar interés.
Usa el lenguaje corporal de tu interlocutor.
Adopta la misma postura que tu interlocutor a modo de espejo. La semejanza genera simpatía. Aquello que percibimos como “igual a mí” o “similar a mí” lo vemos cómo “mejor” y nos gusta más. Este factor permite que la persona con la que estás hablando se sienta más a gusto y pueda abrirse más.
Tócala si hay momentos de emociones intensas.
Yo lo recomiendo solamente si la plática se da de forma informal, entre amigos, entre familiares, pero las cosas cambian en un consultorio, en donde el trato es más formal, el abrazar y tocar al paciente se puede confundir.
Si ves que la otra persona tiene emociones muy fuertes, por ejemplo, si está llorando o está muy triste, y piensas que un abrazo puede ser demasiado íntimo, tócale ligeramente su brazo o su mano. Cuidado con las diferencias culturales, también con los malentendidos. Es decir, intenta que tu muestra de cariño no pueda ser malinterpretada por la otra persona.
Expresa tus sentimientos con palabras.
Usar frases como, por ejemplo, “entonces te enfadaste…” , “te sentiste muy triste, imagino…” o “ahora entiendo cómo te sentiste”, estas frases da la impresión que estás siguiendo el discurso, que entiendes lo que siente la otra persona y que puedes ser empático, o sea, que puedes entender su posición.
Deja hablar.
Interrumpir indica poco respeto hacia la otra persona. Dejar hablar significa dejar que la persona termine su pensamiento, su hilo conductor, dónde yo, al final de todo, me conectaré. Escuchar significa saber exactamente dónde estoy, es orientación, saber lo que está pasando a mi alrededor para seguir el discurso así aportando mi punto de vista con inteligencia
La escucha activa se llama precisamente así porque requiere un esfuerzo consciente por tu parte. Debes conseguir que tu interlocutor se sienta comprendido y libre para expresarse, y también centrar tu atención no sólo en lo que dice, sino en lo que siente.
En el consultorio, la escucha activa o empática, tiene un maravilloso poder curativo sobre la persona escuchada. la gente empezará a encontrar la solución a sus problemas, uno se convierte en el catalizador necesario para que la gente organice sus sentimientos y se sienta más segura para tomar decisiones. Y la mayoría de los problemas de la gente son dudas a la hora de hacer una elección importante.
Octavio Robledo L.
Psicólogo clínico- Tanatólogo
Tel consultorio 669 230 59 11
Fb tanatologo Octavio Robledo