Actualmente me preocupan varios aspectos de los jóvenes, el estrés que manejan, la inseguridad, le economía que les tocará, esta vida que esta impactada por “lo que tienes” y no por lo que eres, es una vida muy acelerada, la depresión y ansiedad a la orden del día, pero sobre todo existen actualmente un gran número de jóvenes frustrados por no llegar fácilmente a sus metas o sueños.
No te conviertas en un muerto en vida, dicen por ahí que las personas en promedio mueren a los 25 años y los entierran a los 75. De verdad es preocupante, la gente sabe que tenemos una vida que no durará por siempre. Sin embargo, la mayoría vive como si fuéramos a estar aquí eternamente. Dejan que pasen sus mejores años haciendo algo que no les gusta y no les satisface, estudian carreras que no les agrada, solo por el hecho “que es la carrera” mejor pagada.
Lo más sano es encontrar un sentido a lo que hacemos, tener claro un propósito de vida, al que aspirar, que nos brinde motivación, satisfacción y de realización personal ahora y a largo plazo.
Los jóvenes tienen en su contra: las comodidades y placeres cortoplacistas, los medios de comunicación, las costumbres y hábitos de la gente que más frecuentan….Después de todo, es más fácil hacer lo que los demás hacen y seguir la corriente sin cuestionarnos nuestra propia vida. Nadie te critica, caen en la gracia de la mayoría y pueden vivir «tranquilos» siendo aceptados por hacer lo mismo que los demás hacen.
Esto al principio puede parecer bueno a simple vista. Sin embargo, estos jóvenes al hacerlo, no brillan, no destacan, no expresan su verdadera esencia y su vida pasa inadvertida entre la multitud. Y con el pasar del tiempo, comienzan a actuar sin pensar. Entran en la monotonía y dejan que pasen los mejores años haciendo cualquier cosa, y lamentablemente , se convierten en un muerto en vida.
Existen personas que tal vez ya se murieron y no se han dado cuenta, son esas gentes que ya hacen sus rutinas en automático, se levantan, se duchan, si se dan tiempo para desayunar. Después manejan a su trabajo, realizan tus actividades laborales, regresan con un gran deseo de descansar (no tan fácil si tienes hijos pequeños). Al otro día hacen algo muy parecido, tal vez con alguna variante y así pasan los días. Llega el fin de semana y se van de compras. Posiblemente van al cine a ver una buena película, lava su auto, leen algún libro y hacen limpieza. Los días pasan y siempre sale algo en que ocuparte y gastar tu tiempo….
Y llega el día en que se dan cuenta, que han pasado años y Facebook te sigue mostrando esos recordatorios de lo que hiciste hace 3, 5 o 10 años. — ¡Qué reuniones inolvidables con los amigos y la familia! wow el tiempo vuela!.
Con el paso de los años comienzas a moverte por inercia. Estableciste unos hábitos sin cuestionarlos. Ahora te mueves sin pensarlo. ¡Te has convertido en un muerto en vida consumado! Eres un ser que deambula por el mundo. Te hiciste esclavo de tu trabajo, del dinero, de tus hábitos, decisiones y creencias, mismas que te llevaron al estado, lugar y momento en que te encuentras ahora.
Y lamentablemente, te has vuelto parte del sistema de consumo. Trabajas para consumir, y tu mente no te ayuda. Esta cómodo haciendo todo repetitivo. Duermes, comes, trabajas, compras, desechas y vuelves a dormir. Todo en un ciclo que no tendrá fin hasta que te llegue el momento.
La vida es una oportunidad, no un derecho, y por lo tanto, debemos preguntarnos si realmente estamos viviendo como queremos; fieles a nuestros valores y convicciones personales y si realmente estamos caminando hacia dónde queremos estar mañana.
Contrario a lo que la mayoría piensa, no venimos al mundo solo a disfrutar la vida y ser felices. También venimos a aportar, hacer felices a otros y dar nuestro grano de arena para hacer de este mundo un lugar mejor.
Muchas personas creen que hay una relación directa entre salario y calidad de vida, pero no siempre es así. Generalmente un mayor salario implica más responsabilidad, te requiere más tiempo y enfoque. Cuando no tienes claro lo que quieres, ni tienes definidos tus valores personales, corres el peligro de caer en la trampa del dinero y convertirte en un esclavo moderno.
Pregúntate: ¿Lo que haces ahora te traerá mejor calidad de vida en el futuro?