Reconciliación: ¿Cuándo no es una buena idea?

reconciliaciónHay algunos factores que pueden engañar a la pareja en una supuesta posible reconciliación y que nunca funcionan pero que emocionalmente crean la ilusión de volver a empezar con el pie derecho.

Pero ¿cómo sabemos cuándo es o no buena idea evitar una separación o divórcio y regresar con nuestra pareja?

Para explicar mejor, separé 12 situaciones que enseñan qué hacer en cada situación.

12 motivos para analizar antes de una reconciliación

1 – Suponer que funciona “el aquí no paso nada”. Esto NUNCA funciona, es como pensar que la computadora descompuesta vuelve a funcionar por arte de magia sólo deseándolo muy fuertemente. Lo mas seguro es que  saldrán  a flote los  resentimientos del pasado, de forma histórica e histérica.

2 – Regresar por venganza «ahora va la mía»,  sólo para hacerle la vida imposible al otro.  Esta es una batalla que NUNCA terminará. «Ahora que regresamos le voy a hacer lo mismo para que sienta lo que yo sentí, lo que a mí me dolio».

3 – Pensar que me tengo que regresar con mi pareja por lo que vayan a pensar los demás, o regreso  por lástima o por hacerle un favor al otro.

4 – Mucha gente (aunque usted no lo crea) regresa a la relación sólo para mantener la misma situación de comodidad: económica, social,  laboral, etc, bajo la máscara de extrañar al otro o seguir queriendo a la pareja.

5 – Existen personas que creen que todos los problemas del pasado se arreglan teniendo relaciones sexuales. Es como pensar que el amor se basa exclusivamente en tener buen sexo y nada más.

6 – Creer que se sigue amando profundamente a la pareja. Cuidado… en ocasiones sólo es costumbre.

7 – El más común: «yo regrese sólo por mis hijos», regresar únicamente por el supuesto bienestar de los hijos es un error muy grande.  Si la pareja está bien, los hijos lo estarán, pero no al revés.

8 – La cuestión de los bienes materiales o la avaricia también es una de las razones equivocadas para regresar. Esas personas únicamente les interesa recuperar los bienes materiales o las comodidades ambientales, sociales o económicas y nada más, sin realmente querer a la pareja, ni tampoco querer cambiar, es un error que tarde o temprano se paga.

9 – Estar con la pareja por miedo a la soledad o ser codependientes emocionales.

10 – Sentirse enamorado todavía,  puede suceder, pero es muy importante estar claro tenerlo muy bien definido si en realidad se sigue amando a la otra persona y no olvidarse que para amar se necesitan dos, para enamorarse tan sólo hace falta uno.

11 – Pensar que la pareja es la única persona que le va a entender en el terreno: espiritual, familiar, psicológico, social, sexual, económico, etc.

12 – Creer que por sí solos (la pareja) pueden resolver con buena voluntad lo que no han resuelto en meses o años. “No necesitamos a un tercero” (psicólogo), generalmente esto lo afirma quién genera más problemas en la relación de pareja, para huir de la realidad y mantener el mismo nivel de disfuncionalidad. Y por el contrario generalmente quien solicita una ayuda profesional es quien está más consciente de la necesidad de cambiar.

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